El equipo nacional de Estados Unidos completó su preparación en casa con el tercer partido amistoso que disputó frente a Puerto Rico y con el base Stephen Curry, de los Warriors de Golden State, como líder, dio otra exhibición ante el combinado de Puerto Rico, que sólo aguantó la primera parte.
Curry con 20 puntos fue el líder del ataque imparable de los Estados Unidos, que tras un empate a 24-24 en el primer cuarto, se fue al descanso con sólo 52-47, gracias al triple que logró el escolta Klay Thompson, su compañero en el equipo californiano, en el último segundo antes de llegar al intermedio.
Junto a Curry otros seis jugadores tuvieron números de dos dígitos, incluidos el escolta James Harden, de los Rockets de Houston, y el ala-pivote Rudy Gay, de los Kings de Sacramentos, que anotaron 13 puntos cada uno.
Mientras que el ala-pivote Anthony Davis, de los Hornets de Nueva Orleans, encabezó el juego interior de Estados Unidos al aportar 10 puntos, cinco rebotes, y tres tapones. El base de origen australiano Kirye Irving, de los Cavaliers de Cleveland, fue el líder en la dirección del juego al repartir seis asistencias, 11 puntos y cuatro rebotes.
Puerto Rico, dirigido por el entrenador español Paco Olmos, mostró su clase y que puede competir, pero se encontró con un rival que reivindicó ser el campeón del mundo.
Como se esperaba los jugadores destacados por Puerto Rico fueron los bases Juan José Barea, de los Timberwolves de Minnesota, que aportó 16 puntos, mientras que el veterano Carlos Arroyo también llegó a los 15 y Ricardo Sánchez anotó 10 tantos, siendo los tres únicos jugadores el combinado nacional boricua que obtuvieron números de dos dígitos.
Aunque el entrenador de Estados Unidos, Mike Krzyzewski, tendrá hasta el próximo 29 de agosto tiempo oficial para hacer los últimos descartes de la lista de los 16 preseleccionados que están ahora con el equipo de Estados Unidos, es posible que dentro de unas horas tome su decisión final.
De momento, para el partido frente a Puerto Rico, dejó todo el tiempo en el banquillo, sin darles minutos, al escolta DeMar DeRozan (Toronto), el pívot Andre Drummond (Detroit), Gordon Hayward (Utah) y Damian Lillard (Portland).
Quien si lo hizo al final, aunque sólo fuese 13 minutos, para deleite de los aficionados neoyorquinos que llenaron el Madison Square Garden, fue el base estrella Derrick Rose, de los Bulls de Chicago, que mostró su clase y aportó seis puntos (2 de 3 tiros de campo, incluido un triple) y cuatro asistencias.
Lo importante de la participación de Rose fue que despejó todas las dudas sobre su condición física y sus problemas con las rodillas.
Rose, que no jugó en el partido del pasado miércoles cuando Estados Unidos ganó por 105-62 a República Dominicana, se ha beneficiado de los tres días de descanso y se mostró en plenitud, no sólo en las acciones ofensivas, sino también en la defensa.
Aunque fueron sus pases a compañeros encestadores como Thompson y el alero Chandler Parsons, de los Mavericks de Dallas, los que dejaron constancia que es el nuevo líder indiscutible del equipo de Estados Unidos.
La pesadilla de haber jugado sólo 10 partidos en las últimas dos temporadas por culpa de las graves lesiones que sufrió en ambas rodillas, ya forma parte del pasado y está listo para volver a demostrar su condición de exJugador Más Valioso (MVP) de la liga.
Primero con Estados Unidos en el Mundobasket de España y luego cuando comience la nueva temporada de la NBA con los Bulls, donde tendrá el gran refuerzo de los españoles Pau Gasol y Nikola Morotic.
Estados Unidos, que completó su preparación en territorio nacional con una marca perfecta de 3-0 en los partidos amistosos que disputó frente a Brasil, República Dominican y Puerto Rico, todos también equipos mundialistas, viajará el sábado a España.
Antes que de comienzo el mundial, Estados Unidos jugará, en Gran Canarias, el último partido de preparación con el amistoso que será el próximo martes y la selección de Eslovenia.
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