—¿Cómo afronta el presidente anfitrión la Asamblea de la LFP de hoy?
—Contento y orgulloso de presidir el Espanyol más que nunca en estos momentos. Es un honor albergar esta asamblea en uno de los mejores estadios del país. Doy las gracias a la LFP por la confianza y estoy convencido de que el Espanyol estará a la altura.
—¿Es casualidad o un guiño del destino que la guerra por los derechos televisivos pueda culminar en Cornellà?
—Creo que es más una coincidencia, una anécdota, que algo buscado y mucho menos premeditado. Puede parecer que yo sea el responsable de esta lucha por un mejor reparto, cuando otros muchos clubes también han estado trabajando en ello muy duramente.
—De todos modos, ¿no se ha sentido demasiado solo en los últimos tiempos abanderando esta lucha?
—Es verdad que en los dos últimos años el tema quedó parado, pero si estoy orgulloso no es de mi papel en ese tiempo sino de que por primera vez toda la LFP está de acuerdo en que se debe imponer una venta colectiva y centralizada de los ingresos televisivos. Todos.
—¿Ve probable que hoy se vote por el cierre patronal?
—Me gustaría que no se llegase a ese punto, siempre es la última opción para desencallar el conflicto. Por eso considero que no se debe tachar al Espanyol como abanderado del parón. Pero si se decide por mayoría, claramente votaremos a favor.
—¿De lo que salga de esta asamblea, sea lo que sea, ya no habrá marcha atrás?
—En esto, efectivamente, no debe haber marcha atrás. Todos los clubes nos jugamos muchos millones, y no solo porque el reparto debe ser mejor para 18 clubes de Primera, sino porque ese reparto genera otra multitud de ingresos, mejora la competición, permite vender de otra manera los derechos internacionales…
—A su juicio, ¿no han cumplido Miguel Cardenal y el Gobierno con sus promesas?
—Digamos que Cardenal no ha quedado demasiado bien con el fútbol, cuando hace unos meses, en la asamblea de la LFP que celebramos en Vigo, nos aseguró personalmente que el decreto-ley que permitiría un mejor reparto de los derechos se aprobaría antes de Navidad… Por culpa de ese retraso, se han perdido contratos importantes. No sé qué dudas tiene el Gobierno, ni a qué espera para aprobarlo, cuando el fútbol mueve en puestos directos o indirectos a tantos miles de personas. Si la Liga no tiene más valor a día de hoy, aquí e internacionalmente, no es por otra cosa que por la indecisión de los gobernantes. Y es por ello que, lamentablemente, a día de hoy somos el hazmerreír para el resto de las Ligas importantes de Europa. Y, por tanto, del mundo.
—¿Tiene la impresión de que se acerca el final de una larga lucha de años y años?
—El final solo llegará cuando el Gobierno apruebe el decreto-ley. Hasta que eso suceda, los clubes y la LFP no podremos ni queremos descansar.
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