"Estoy haciendo hartas cosas. Estoy trabajando mucho con el tema social en San Miguel. Soy el director de la Escuela Municipal de la comuna y trabajo en el Ministerio de Salud con charlas y clases de fútbol a niños con riesgo social. Además, egresé del INAF. Tengo que preparar el seminario para titularme de entrenador".
Es la nueva carta de presentación de Manuel Neira, ex goleador de Colo Colo, Unión Española y la Selección, entre otros, quien hace rato estaba desaparecido de los medios.
Es que "Manolete" está viviendo una nueva etapa. "Ya más maduro", dice él. Es en ese escenario que acepta un mano con AS Chile para repasar lo que fue su carrera y comentar lo que le depara el futuro.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con niños?
Me gusta mucho poder ayudar a niños con riesgo social que no tienen la oportunidad de entrenar en una escuela de fútbol. Acá la tienen y son felices. Estoy contento de aportar en su crecimiento y desarrollo.
¿Cuándo podremos verlo como técnico?
El plazo se va a ir dando según me vaya picando el 'bichito' y las convicciones que tenga. Quiero ir quemando etapas y lo primero sería empezar en el fútbol formativo. Eso será un pilar fundamental en mi crecimiento como DT.
¿Tiene algún referente como entrenador?
Me gusta mucho como trabaja el "Coto" (Sierra). Héctor (Tapia) también trabaja muy bien. Tuve la suerte de hacer mi práctica en Colo Colo y vi su trabajo. Ellos son los referentes a nivel nacional. A nivel internacional me quedo con Pep Guardiola, me parece un tipo muy capaz y lo que ha conseguido es en base a su conocimiento. Todo lo que él cree lo transmite y le ha dado mucho resultado.
A dos años de su retiro, ¿qué es lo que más echa de menos del fútbol?
Todo. Se echa de menos la cancha, el camarín y poder celebrar un gol. Ahora juego en una liga con mis amigos y después de los partidos hacemos asados, pero es diferente.
¿Se arrepintió en algún momento después de haberse retirado?
No. Una vez Iván Zamorano me dijo que se iba a retirar cuando ya no tuviera ganas de ir a entrenar en la mañana y prefiriera quedarse acostado. A mí me pasó lo mismo. Yo me retiré en San Felipe, ahí tuve problemas con el "Fantasma" (Figueroa), pero no fue por eso, si no porque ya estaba cansado y tenía muchas lesiones. Salía de una y entraba a otra. Sentí que era el momento del adiós. Quizás no era la forma de retirarme porque igual siento que tuve una carrera importante en el fútbol nacional. Me fui en silencio porque creí que era lo mejor.
¿Cuál fue su mejor momento?
Tuve varios mejores momentos. En Colo Colo tuve muy buenos momentos. Estuve en muchos planteles con grandes jugadores. En la Unión Española salí campeón después de 25 años y fui el goleador del equipo.
¿Cree que le faltó un paso más importante en el extranjero?
Sí, tuve mala suerte. Cuando estaba bien, me lesionaba de gravedad. En Colombia jugando semifinales por el América de Cali me corté el ligamento cruzado. En Israel jugando Copa UEFA me fracturé el tobillo. Y así. Cuando iba tomando vuelo caía por una lesión grave y esas te merman la carrera. Yo pasé mucho tiempo parado.
¿Fue un error haberse ido tan joven a España?
Sí, siempre lo dije. Es la espinita clavada que tuve siempre. Yo tenía la oportunidad de ir a otro lugar y me fui para allá porque Colo Colo lo decidió. Yo necesitaba seguir jugando en el club con Gustavo Benítez. Me fui a Las Palmas y a los seis meses volví porque extrañaba Colo Colo. Tenía que tener más madurez deportiva dentro de la cancha antes de partir. Me vendieron muy rápido.
Hoy sigue pasando eso mismo con jugadores como Nicolás Castillo, Ángelo Henríquez o Diego Rubio...
Lo que pasa es que hoy en día los jóvenes no piensan en debutar ni por la Selección ni por Colo Colo. A los 13 años ya quieren estar jugando en el Real Madrid o el Barcelona. Yo pienso que todos los jugadores tienen que tener su etapa de desarrollo como corresponde. Mi sueño siempre fue debutar por Colo Colo y lo hice. Después vino la Selección e iba bien mi proceso hasta que me vendieron. De ahí fueron altos y bajos. Nunca me pude consolidar afuera como lo hice en Chile y quizás fue por eso.
En el Mundial Sub 17 de 1993 decían que era mejor que Ronaldo...
(Risas) Siempre me lo sacan en cara. No tengo ninguna posibilidad de ser mejor que Ronaldo, él es el "Fenómeno". Pero cuando me dicen eso me crece el orgullo. No es lo mismo ser un jugador chileno que uno brasileño. Por mentalidad, por país, por todo. Pero de ese Mundial tengo los mejores recuerdos, fue una experiencia maravillosa, el equipo jugaba solo.
Siempre se ha dicho que los jugadores de esa Selección pudieron haber dado más...
No estoy de acuerdo. Varios llegamos a jugar en Europa y la Selección. Todos tuvimos nuestras carreras, a unos les fue mejor que a otros, pero eso es normal. Yo fui el único que participó en un Mundial adulto y eso para mí es un orgullo.
¿Qué recuerdos le quedan de su participación en Francia 98?
Espectacular. Al lado mío estaban Roberto Baggio, Paolo Maldini, puro monstruos del fútbol y yo estaba ahí con 19 años. Son momentos hermosos que tuve dentro del fútbol que nunca voy a olvidar. Tengo todos los videos y recortes para que el día de mañana mis hijos lo vean y se sientan orgulloso.
¿Le molestó que en ese momento se dijera que iba porque era el "regalón" de Zamorano?
No, porque yo me lo gané en la cancha. Me llevaron a la gira y ahí los jugadores pelean el puesto. Debuté con Irán e hice el gol del empate y después terminé jugando contra Inglaterra B e hice los dos goles. No creo que me hayan regalado la nominación. Las nominaciones se ganan en cancha y yo me la gané con goles. Pero estamos en Chile y siempre le buscamos la quinta pata al gato. Si (Juan) Carreño hizo el gol contra Bolivia me parece espectacular, es una buena persona y un gran jugador, pero yo en la gira hice tres goles y me gané la posibilidad de ir al Mundial. Y por mi juventud, quizás, tenía un plus porque iba en alza y podía aportar mucho más proyectándose al futuro.
En una entrevista en The Clinic (2011), el propio Carreño dijo que lo llevaron porque era "regalón" de Zamorano. ¿Le molestó?
No me molesta. Creo que es un tema que él tiene que superar. Tiene cuarenta y tantos años y no se puede quedar pegado porque no fue a un Mundial y criticar a Pedro, Juan y Diego. Yo no lo he criticado y él a mi no me tiene que criticar. Nelson Acosta hizo la nómina, él era el entrenador. Estamos en Chile y lamentablemente todo se usa para la contra de cualquier persona.
¿Qué recuerda de los goles en Birmingham a Inglaterra B?
Me acuerdo que hacía mucho frío. Dormimos siesta en la pieza con el "Choro" Navia y yo estaba inquiero porque me tocaba jugar uno de los partidos más importantes de mi vida. Estaba ansioso y nervioso. Hablamos con Navia, porque somos muy amigos, que nos íbamos a apoyar como si estuviera jugando el otro. Entré de titular y el ingresó al segundo tiempo. Ahí me dio el pase para el segundo gol y nos abrazamos fuerte. En el camarín se me cayeron las lágrimas. Yo sabía que con ese partido me ganaba la nominación al Mundial.
¿El título que consiguió con Colo Colo en la quiebra (2002) es el más importante de su carrera?
¡Sí! Yo me estaba recuperando de una operación a la rodilla en Colombia y me llamó Jaime Pizarro para decirme que me necesitaba. Yo sabía que Colo Colo estaba en quiebra y que los dineros iban a ser bajos, pero no me importó. Me hicieron un trabajo físico muy bueno para no tener problemas en el campeonato. Recuerdo que teníamos que salir a jugar partidos por todo Chile para hacer dinero y poder cobrar el sueldo a fin de mes. Jugamos por amor a la camiseta, éramos muchos de la cantera. Ser campeón en la quiebra, en el peor momento del club, me pone feliz. Fue algo espectacular. Para mí, después de la Copa Libertadores, es el segundo título más importante de la historia de Colo Colo. Salir campeón en la quiebra no lo olvido más.
¿Se siente una persona querida por la gente?
Sí, me siento muy querido. En la calle la gente me saluda y me felicita. Me quieren los de Colo Colo y Unión Española, pero no sólo ellos, si no la gente del fútbol en general. Gracias al fútbol logré ser quien soy como persona.
¿Sus problemas fuera de la cancha no influyeron en el cariño de la gente?
Para nada. Yo sé que cometí errores, pero los pagué. Ahora tengo una vida tranquila, familiar. Disfruto a concho a mis hijos y mi mujer. Fueron problemas de juventud y quién no ha cometido errores en la vida. Vivo mi vida tranquilo, no me meto con nadie. Sólo quiero ser feliz y quiero que mi familia sea feliz, nada más.
¿Se arrepintió de algo que hizo?
Nunca me he arrepentido de algo. De lo único que podría arrepentirme es de haberme ido tan joven a España. Mi vida futbolística fue exitosa y me siento orgulloso de todo lo que hice.
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