Del Palacio a Kazán, del Joventut al Unics, de canasta ganadora a canasta ganadora, de Felipe Reyes a Sergio Llull en jugadas parecidas pero con distinta ejecución. En Liga, el domingo, Llull atrajo a la defensa y asistió al pívot blanco. Esta vez en Kazán, botó de nuevo hacia su derecha pero no encontró pase, se la tuvo que jugar, uno contra uno frente a D’or Fischer, un excompañero de brazos eternos… Pasito atrás para salvarle y arriba. Un pie dentro de la línea de tres, otro pisándola y limpia (75-76). ¡Llull, Llull, Llull! Como en la Copa.
Triunfo trabajadísimo del Madrid, que controló el partido y al rival, que pudo romperlo antes, pero que su nefasto acierto en el tiro lo impidió. Nefasto hasta que apareció Llull y, segundos antes, Nocioni, que con un triple igualaba a 72. Nefasto porque lanzó 46 veces de dos con un 41% de efectividad y 25 de tres con un 24%. Aunque en total hizo diez tiros de campo y once libres más intentados, lo que se explica por el dominio en el rebote ofensivo (9 a 16) y por el menor número de pérdidas (14 a 5). De ahí extrajo esas posesiones de propina que a la postre le dieron la victoria.
En defensa estuvo bien, cambiando en los bloqueos, arriesgándose a que Langford y Jerrells superaran a los pívots cuando se quedaban emparejados con ellos. Así sucedió casi en cada acción en los últimos minutos, con Ayón bailando con la más fea, con el máximo anotador de la pasada Euroliga. Sí, Keith Langford. El escolta estadounidense entró al último minuto con 23 puntos tras meter el 60% de sus tiros tanto de dos como de tres: 72-67. Pero ahí se quedó, se le esperaba, pero tuvo un intento más y lo falló. Como erró Kaimakoglu con dos cañonazos desde el 6,75 y Jerrells con un intento de dos. Con cinco puntos de ventaja, la máxima del equipo ruso en el partido, y 1:39 para el bocinazo, Ayón anotó una canasta, que era la cuarta de manera consecutiva.
Balones al mexicano como consigna desde mediado el último cuarto tras jugar muy poco antes. Y a Ayón le secundó Nocioni con su tercer triple para empatarlo todo. Y de nuevo el Madrid lo vio medio ganado, pero Maciulis erró un libre y Llull otro. Quedaban 13 segundos: 72-74. ¿Falta o no falta? Laso eligió esta vez defender, la opción más natural, y James White castigó la decisión clavándola de tres: 75-76. A la lona a falta de siete segundos. El resto ya es historia, es Llull. Es ponerse en pie de un brinco, es Kazán tomada.
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