La derrota de Rafa Nadal en semifinales de Río frente al italiano Fabio Fognini (6-1, 6-2 y 7-5) tuvo como consecuencia la pérdida de 320 puntos y con ello del número tres mundial en favor de Andy Murray. Hoy domingo llegó a Buenos Aires, donde el martes debería debutar junto a Juan Mónaco en dobles y el miércoles en individuales. Hace diez años que no jugaba en la capital argentina. Desde 2005, un año que acabó con 11 títulos.
“Bajaré bastante más en los próximos meses. Es una cosa normal cuando uno se lesiona”, avisó Nadal, que no pisa una final desde hace ocho meses y medio, en Roland Garros, y desde entonces sólo ha podido disputar 22 partidos. En Río acabó acalambrado, sobre todo en la zona del abductor izquierdo, en una situación similar a la que vivió contra Tomas Berdych en Australia tras sufrir una deshidratación previa.
“No me encontré muy bien físicamente a partir del segundo set —admitió—. Es verdad que había mucha humedad, pero me estoy cansando antes de lo habitual. No tenía ningún problema en la ingle. Los calambres eran por varios lugares”.
Carlos Bernardes, un juez con el que ha tenido enfrentamientos, le obligó a jugar con segundo saque por sus pérdidas de tiempo y estalló. “¡Voy a pedir que no me pites más!”, le espetó. Y entregó el siguiente juego en blanco al saque. Y el set. El primer torneo sobre tierra no fue un bálsamo.
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