No ha dicho nada pese a jugar poco, pero tampoco se quejará. Xavi es el último reducto de aquel Barça campeón, que bordó el fútbol y embobó a los aficionados. El canterano medita qué hacer el próximo año, aunque sabe que tiene asegurada la continuidad hasta 2016, año en el que acaba su contrato con el club de toda su vida. Hay quien lo quiso enfrentar al entrenador y posiblemente vea las cosas más bien diferentes a Luis Enrique, pero él está dispuesto a aguantar lo que sea por no remover más aquello que huele y poder dar estabilidad al vestuario, ahora que llega el momento clave de la temporada y el Barça lo tiene todo bien encarado.
Mientras Xavi aguarda, para Alves la semana que se abre hoy será importante. No está citado con la Seleçao, pero él será noticia en clave azulgrana. Todos saben que en algunos sectores del club lo quieren fuera de la entidad el próximo verano. Pero el lateral, asistente ayer de Suárez, tiene una carta grande, importante y determinante para ir intuyendo qué puede suceder en el futuro. Luis Enrique aboga por su renovación, ya que sigue sin contar con Montoya y Douglas no le sirve para este proyecto, pese a la defensa que hizo los primeros días de ser presentado el brasileño.
Más allá de vestir la misma camiseta y de disfrutar de alguna broma que otra, Xavi y Alves no tienen nada que ver. Uno debería quedarse siempre y el otro, saber encajar la realidad, pese a que los dos, son importantes en el Barça.
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