Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende”. Cabe reflexionar sobre esta bonita frase de Miguel de Unamuno en estos momentos de tensión y de desánimo. Si ahora fuera aplicable al vestuario del Madrid, yo sería el primero en pensar que la situación actual no tiene solución y que habría que dar ya por finiquitada la temporada con un balance de dos títulos, Supercopa de Europa y Mundial de clubes. Pero es todo lo contrario. Los que forman la base del equipo, es decir los futbolistas y el cuerpo técnico, siguen muy unidos a pesar de la crisis. La confianza entre todos es total y Carlo Ancelotti lo volvió a decir claro y alto el miércoles después de la derrota.
Y el silencio, este silencio pernicioso que permite que se instalen los malentendidos y los pequeños rencores, no ha tomado el poder entre las filas madridistas. Me consta que la comunicación es fluida y que, en este Real Madrid, se dicen las cosas a la cara pero siempre en privado, no delante de los micrófonos y las cámaras para designar culpables. Somos muchos los que creemos en este entrenador y en estos jugadores. En sus métodos y en su talento. Aunque, con sus pitos y sus insultos, los chaqueteros hagan mucho más ruido…
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