Después de seis jornadas de Liga y cuatro de Euroliga, el Madrid marcha invicto. Como la temporada pasada. Alterna anotaciones espectaculares (115 puntos al Sassari y 112 al Novgorod) con victorias apretadas (por dos puntos al Joventut y al Fuenlabrada y por uno al Kazán). Es un hecho que el equipo está jugando con el freno de mano echado: Llull, seis minutos menos de media en cada partido con respecto a hace un año; Bourousis, cinco; Rudy, cuatro; Mejri, tres; Sergio Rodríguez y Carroll, dos. A cambio, Rivers, Maciulis y Ayón juegan más tiempo del que lo hicieran la pasada temporada Darden, Dani Díez y Slaugther, mientras que Nocioni y Campazzo no superan los minutos de Mirotic y Draper. Reyes, por su parte, juega un minuto más de promedio.
Laso quiere evitar así el teórico desgaste con que llegó la plantilla para disputar los últimos títulos de Liga y Euroliga. Reparte más los minutos entre los jugadores, y la consecuencia es que tanto cambio planificado produce vaivenes tales como pasar de perder un cuarto por 21-27 a ganar otro por 16-2 (ante el Gran Canaria) o de ganar uno por 13-34 a perder el siguiente por 36-17 (en Fuenlabrada). En el Barcelona, en cambio, se produce el hecho contrario: Pascual está dosificando menos la plantilla, y jugadores como Huertas, Navarro, Oleson, Abrines y Navarro permanecen más tiempo en la cancha que la pasada temporada a estas mismas alturas. Son dos estilos diferentes que se han intercambiado. Al final se verá quién ha acertado.
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