Rompedora, sacrílega, original o simplemente fea. Los uniformes del Barça para la próxima temporada, desvelados por Sport, han desatado un sinfín de reacciones, furibundas en su mayoría. El principal argumento en contra de la primera camiseta, a rayas horizontales, es de carácter histórico. En la segunda reunión fundacional del Fútbol Club Barcelona, el 13 de diciembre de 1899, en presencia de Gualterio Wild (presidente), D.J. Parsons (vicepresidente) y Hans Gamper (capitán), se dictaminó lo siguiente: “Los colores que usará esta sociedad serán azul oscuro y encarnado a rayas perpendiculares”. Nada se dice sobre la conveniencia de copiar el uniforme del Llagostera pasados 115 años.
En las redes sociales, termómetro de las fiebres más altas, las opiniones se expresaban ayer a borbotones. Para algunos, las rayas horizontales son una sutil evocación de Nike al clásico diseño de los uniformes de presidiario. Se trataría, según esta hipótesis de trabajo, de un homenaje de la actual directiva a Josep Lluís Núñez, expresidente en la sombra. Para otros, mejor pensados, el Barça se viste como un equipo de rugby en la misma temporada que el Camp Nou acogerá la final de la liga francesa, el 24 de junio de 2016.
Eibar. No faltan los que consideran la nueva equipación como “la última fechoría de Zubi”, ni quienes, como Quique Peinado, apuntan a una agresiva operación de mercadotecnia para recuperar cuota: “Entiendo lo del Barça, el Eibar le está comiendo mercado”.
El segundo uniforme también tiene miga. Según Sport, el azul de los pantalones, en combinación con la cuatribarrada catalana de la parte posterior de la camiseta, compone “una réplica de la estelada, la bandera independentista catalana”. En este caso, los efluvios políticos del diseñador se toparán con la normativa UEFA que, en su artículo 18 de la Reglamentación sobre Indumentaria, señala: “Las banderas nacionales y otros símbolos nacionales pueden aparecer en la camiseta, pantalones y calcetines mientras no excedan los 25 centímetros cuadrados”. Lo mismo vale para “escudos de armas y banderas de ciudades o regiones a las que el club pertenezca”.
La polémica, de nuevo, está servida. Hace dos temporadas fue el uniforme Calippo o Tequila Sunrise, según gustos. Ahora domina el carmesí y la próxima campaña el impacto será total (quizá sólo se libre Vermaelen). Sabido que el Barça vistió esporádicamente de blanco entre los 40 y los 70, ya sólo nos falta por ver el uniforme transparente o el de bombero, no tan distintos en algunos casos.
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