Se avecina ruido en la Comisión Delegada de la LFP de este jueves. Clubes como Valencia, Sevilla, Atlético de Madrid, secundados por otros de primera línea (Villarreal, Málaga) empiezan a levantar la voz al presidente de la Liga, Javier Tebas, inquietos por la firma del nuevo de contrato de televisión centralizado, que debería reportar unos 800 millones de euros a los clubes.
El 19 de noviembre, y con motivo de la Asamblea General Extraordinaria de la LFP, Miguel Cardenal, Secretario de Estado para el Deporte, anunció que el nuevo contrato de televisión, que estará incluido en la nueva Ley del Deporte y tendrá rango de Ley, era “inminente”. Cardenal prometió que el contrato estará listo antes del final de la legislatura (2015 si no hay retrasos), pero el tiempo apremia a muchos clubes, que necesitan asegurar ingresos. La televisión, obviamente, es el ingreso básico. Dirigentes con peso en la LFP como José María Cruz (Sevilla), Miguel Ángel Gil (Atlético de Madrid) o el mismo Amadeo Salvo (Valencia) aprietan a la LFP para que el Gobierno dé luz verde definitiva a la Ley del Deporte y el contrato de televisión.
En el nuevo modelo de reparto (800 millones en principio), el 10 po rciento de la bolda total será para los clubes de la Liga Adelante. Del 90 por ciento restante, el 50 por ciento se repartirá de forma lineal, un 25 por ciento por los resultados deportivos históricos con preponderancia sobre el último y el 25 por ciento por implantación social o generación de recursos. Ese 25 por ciento tiene un matiz. Ningún club podrá acaparar más del 20 por ciento de ese último 25 por ciento.
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