lunes, 23 de marzo de 2015

El líder le pone freno a la euforia de los aficionados

El hincha culé (turistas y todo) se quedaron resoplando en las gradas del Camp Nou un rato más de lo habitual, una vez que Mateu Lahoz dio por finalizado el Clásico del pasado domingo. Tocaba respirar ante la tensión acumulada durante el choque y llegaban los primeros estímulos de euforia al verse con cuatro puntos por encima del Madrid en la clasificación. No hubo cánticos precipitados de celebración, ni mucho menos, ni tampoco una burla desmesurada sobre el rival. Muchos entendieron que de haber empatado el partido, nadie se habría extrañado; el Madrid tuvo sus opciones, pero si perdonas...


En el vestuario, más allá de la felicidad del triunfo ante el eterno rival, no se ha pasado a la euforia, ni mucho menos. Con los pies en el suelo y conscientes de lo que les queda por jugar, saben que tienen el margen de error de una derrota, pero no les daría para dos empates, ya que el Madrid se quedó con el average a su favor. “No hay que cambiar nada. Tenemos que seguir de la misma manera, afrontando los partidos con mucha seriedad y sabiendo que nadie nos regalará nada”, explicó ayer Luis Suárez a RAC1. “Dependemos de nosotros mismos para poder conquistar el campeonato”, prosiguió el delantero uruguayo, una de las grandes estrellas del Clásico del pasado domingo en el Camp Nou al conseguir el gol que dio la victoria al Barça.


Complicado. Cinco partidos como local y otros tantos como visitante le quedan a los culés para culminar la temporada en el campeonato liguero. En casa, donde se dejó seis puntos hasta el momento (perdió ante el Celta y Málaga, en ambas ocasiones por 0-1) tienen que acudir rivales de la zona media-baja (Almería, Getafe, Real Sociedad y Deportivo), además del Valencia, que la pasada campaña ya les fastidió el percal al vencer por 2-3. Como visitante, la cosa se tuerce más; la primera salida será a Balaídos, un campo grande, con espacios, que le puede venir bien al equipo, aunque todo el plan puede quedar condicionado por el Virus FIFA. Además, las exigentes pruebas llegarán en tres estadios: el Pizjuán, con un lanzado Sevilla; Cornellà-El Prat, con un incómodo Espanyol; y el Calderón, estadio que ya tomó el Barça en Copa, pero que siempre acaba siendo muy complicado.


La Champions. Siendo de los pocos equipos europeos que aspiran a conquistar el triplete, para el Barça el cruce de Champions no será sencillo. El sorteo de la semana pasada los emparejó, como en la fase de grupos, con el PSG, rival complicado que le exigirá el máximo, aunque los capitalinos también estén en la lucha por conquistar la Ligue 1.


La eliminatoria ante los franceses se disputará en una semana (miércoles 15 y martes 21 de abril) y quedará incrustada entre la salida a Sevilla y la visita del Valencia. El Barça no se puede dejar escapar nada, puesto que un error de más les podría condenar a sufrir mucho hasta el final.


Por si fuera poco, aunque ya habrá acabado la temporada liguera, los culés tienen pendiente para el día 30 de mayo la final de Copa, que podría no ser el último partido si llegan a la final de la Champions.


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