El próximo día 17 es la gran cita. El único calendario que le interesa al Atlético. La remontada contra el Leverkusen ya es algo más que una prioridad. Se ha convertido en una obsesión. Tras el empate ante el Valencia se da por finiquitado cualquier sueño liguero. Se peleará por la tercera plaza, pero la conjura del vestuario es repetir otra final de Champions. E intentar que sea en Berlín donde llegue el sueño dorado. Pero antes Simeone y los propios jugadores tienen que autoanalizarse por los errores cometidos en los últimos cinco partidos.
Lo más importante es recuperar la seña de identidad del cholismo. Simeone debe saber utilizar la mano izquierda con Mandzukic. Hay que evitar un contencioso con el delantero más eficiente. Cuando se le fichó se sabía que no le gusta la suplencia y que no es cuestión en la recta final de Liga crear un problema innecesario. También es prioritario recuperar al Arda que ponía la magia. Con Simeone, el Atleti ha demostrado que en cara a cara puede hacer pupa a cualquiera.
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