jueves, 11 de septiembre de 2014

Día 7: Las risas del Lama

Lo mejor de hacer fotos es ir escuchando. Hoy, en el camino entre Namche Bazar (3440m) y Tengboche (3860m) he podido comprobarlo. Me quedo atrás y luego adelanto al grupo para hacer otra foto y escucho conversaciones entrecortadas. Es que la sanidad pública tiene muchas cosas interesantes. Tengo una prima que se parece muchísimo a ti. Lo peor va a ser la noche que pasemos en Lobuche. A mí me gusta mucho más el arroz negro. Retazos de conversaciones que voy escuchando y que forman una incomprensible frase. Cuando el camino se pone cuesta arriba el alboroto desciende.


Continuamos entre nubes e intentamos entre todos soplarlas. Cualquier trocito azul en el cielo nos da esperanzas y corremos a avisar al resto, pero de nuevo se cubre rápidamente. Tendremos que seguir conformándonos con mirar lo que tenemos cerca. Que en ocasiones es más que suficiente.


Así llegamos a Tengboche donde pasaremos la noche, a escasos cien metros del espectacular monasterio budista que alberga unos 30 monjes y que ardió por completo en 1989. Nos descalzamos para entrar a unos de sus rezos y el Lama nos impone la khata, el pañuelo blanco sobre el cuello. Hay un silencio increíble sólo roto por los mantras continuos de los monjes y el ambiente es tan respetuoso que nos mantenemos a un lado. Salimos impresionados por la ceremonia y el Lama se acerca a mí. Me asusto por si he hecho algo mal y me mira los pies. Empieza a reírse sin parar y no sé que hacer. Cuando miro para abajo buscando respuestas filosóficas me encuentro con un agujero en mi calcetín derecho. El Lama no para de reírse y me da la mano para ayudarle a bajar las escaleras. Un final demasiado terrenal.






from Últimas noticias | Diario AS http://as.com/masdeporte/2014/09/11/polideportivo/1410448024_394981.html

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