No tuvo la noche brillante el Madrid en Basilea. Le faltaron cosas que otras veces asombran o enamoran. Aún así, a bajo régimen cumplió y ganó ante un rival que repartió bastante caña. Con un 53% de posesión (la media está en torno al 60%) y un 84% de pases buenos (el Madrid está sobre el 90%) consiguieron los de Ancelotti tumbar al Basilea, que incomodó más de lo previsto en torno a Keylor Navas. Quizás también porque ni estuvo muy fina la medular ni la defensa. James e Isco se movieron con menos profundidad; Ramos falló siete pases y sólo recuperó ocho balones; Arbeloa y Coentrao no llegaron al nivel de Carvajal y Marcelo...
Una noche menos brillante, menos redonda incluso en el ataque (sólo ocho remates), donde Bale anduvo sin suerte. No obstante, la potencia intrínseca del Madrid valió para ganar y para salir ileso, lo cual tuvo su mérito porque el Basilea se empleó con excesiva dureza en ocasiones.
Defensa floja. Ramos, Arbeloa y Coentrao estuvieron algo planos. Los laterales no fueron profundos y el central pareció no tener su día.
Escaso enlace. James e Isco se quedaron algunos metros por detrás del juego de enganche arriba. Trabajaron bien, pero sin brillo. Bale, flojo.
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