Hace cinco días, Laia Sanz celebraba en Buenos Aires su noveno puesto en el Dakar, algo histórico, el calificativo tiene aquí toda su justificación. Y hoy ha visitado la Redacción de AS para contar cómo le fueron las cosas en el raid más exigente del mundo. "No esperaba hacer un noveno, pero es algo similar a lo que ocurrió el año pasado, en que tampoco esperaba acabar 16ª. En esta edición nunca se me ha parado la moto, no me he perdido ningún día, la navegación no pasó factura, desde luego. Ha sido un Dakar perfecto. Creo que puedo mejorar, pero repetir un año en que todo te salga tan bien es muy difícil. Eso sí, creo que aún tengo margen de mejora", comenta la piloto de Honda.
Tiene ganas de llegar a casa, desde que aterrizó en el aeropuerto de El Prat no ha parado. Por lo pronto, aguarda unas más que merecidas vacaciones. Más tarde ya habrá tiempo para negociar con Honda: "Habrá que hablar a ver qué pasa, qué competiciones corro, de qué material dispondré, etc... Miedo al paro, no creo, espero que no, pero lo cierto es que hay que negociar de nuevo. Los japoneses están muy satisfechos, estuve hablando con Shuhei Nakamoto (vicepresidente de HRC) después del Dakar. En Honda me dicen que están muy contentos conmigo, están interesados en tener una piloto en el equipo oficial, al parecer en Japón también se está promoviendo que haya cada vez más mujeres en las empresas".
Laia habla de este Dakar, el quinto en su carrera, con el mérito añadido de haber acabado todos ellos. Y en cada edición da un pasito más hacia arriba. Por eso es lógico que se le pregunte sobre el reto máximo: ¿podrá ganar una mujer el Dakar en motos? "Es imposible porque existe un límite físico. No es un tema de machismo, simplemente es eso. Yo descarto que una mujer pueda ganar, al menos yo no seré. Que puedo mejorar, sí, pero para ganar llega un punto en que es imposible superar ese hándicap físico", comenta la piloto de KH-7.
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