El Barça traza, en el corazón de los aficionados, una alineación ideal, que va desde Ramallets a Evaristo, a Kubala y a Suárez, y luego llega a Cruyff, a Ronaldinho, a Guardiola, a Xavi, a Iniesta y a Messi, entre otros genios que alumbraron la historia. De todos ellos tiene algo Messi, y a veces tiene todo de casi todos. A veces parece Kubala, cuando oculta el balón y se lo lleva por el lado inesperado de la jugada; o como Eulogio Martínez, que hacía lo mismo en un palmo exacto de terreno. Nunca llegó a ser Ramallets, claro, porque nunca estuvo en esa tesitura, ni su talla daría para eso.
Y ayer tarde precisamente, en Eibar, ante un equipo que viste de azulgrana, hizo de Evaristo, el autor de aquel gran gol que hizo tambalear la hegemonía madridista de la Copa de Europa. El delantero brasileño, que luego jugaría en el Madrid, se lanzó en plongeon y batió al arquero blanco en una jugada de enorme precisión que, como he contado aquí alguna vez, terminó siendo (en la fotografía de Pérez de Rozas) emblema de una marca de reloj. Pues eso hizo Messi anoche. La faltaba parecerse a Evaristo. En el campo estuvo al lado de una metáfora del Barça, Xavi, 750 partidos de azulgrana. A él también ha llegado a parecerse en alguna ocasión el astro argentino.
from Últimas noticias | Diario AS http://ift.tt/1NWeeLi
via IFTTT
No hay comentarios:
Publicar un comentario