Hubo muy poco fútbol ayer en el Calderón, demasiado poco para tratarse de unos octavos de final de la Champions. Pero era lo que se esperaba del Leverkusen desde el pitido final en el BayArena. El Bayer no vino a jugar, sino a luchar. Contra la agresividad del Atleti sobre el césped, contra la afición colchonera en la grada y el espíritu del Cholo en el banquillo. Y no duraron 90 minutos plantándole cara al Atleti, fueron 120 llenos de sudor, coraje, esfuerzo y algún que otro codazo. Cosas del fútbol, y si no pregúntenle a Simeone que volvió a estar cerca del ataque cardíaco en la zona técnica. Sólo faltó que pidiera la amarilla para el utillero alemán, pero así suele ser él. El Leverkusen sí que ya no es el mismo que se bajó del autobús horas antes. Del Calderón salió un equipo triste, sí, pero también satisfecho al haber demostrado que puede competir con los mejores de Europa, que llevó al finalista del año pasado hasta la tanda de penaltis y que solo tuvo que darse por vencido en esa lotería.
----------------------------------------------------------------- from Últimas noticias | Diario AS http://ift.tt/1GlTnMb
No hay comentarios:
Publicar un comentario